Día de nieves


"Los inviernos en Levante suelen ser cortos y suaves. Sin embargo llevábamos los primeros tres días de febrero con una sensación rara en el cuerpo. Temperaturas al alrededor de cero grados, pero con la sensación térmica suave y el cielo fundido en gris. Nos despertamos al cuarto por la mañana y encontramos esto. El paisaje hundido en un silencioso blanco. Las carreteras cortadas, nada se mueve excepto los pájaros despistados y copitos fríos insistiendo incesantemente en la escena matutina.
No obstante me propongo subir al Alba para seguir trabajando.

Precioso camino, Felix me acompaña bajando hacia el torrente para cruzar el riachuelo y luego subo por el otro lado hacia la aldea. Me recuerda a los cuentos y a mi infancia. Siempre uno se acuerda de la infancia en estos momentos, como solo en el pasado hubiera habido nevadas así. En el recuerdo se magnifica dicen, pero creo que es mas. Cuando eramos niños vivíamos estos momentos con la intensidad de la magia.
Hoy he vuelto a ser una niña, ayudada por el hermoso paisaje que rodea el Lucero del Alba

Al día siguiente quiero repetir, aunque las carreteras están, ya recogidas por los quitanieves, la que sube al Alba sigue con hielo. Me voy andando. En el campo los caminos de tierra han vuelto aparecer y con ellos las huellas de la fauna. Congeladas en el frió azul!"